Lo que tu piel dice sobre ti
La piel, no solo nos protege, sino que también refleja nuestra salud. Descubre cómo su cuidado adecuado no solo mejora la apariencia, sino también el bienestar general.
Tenemos la sensación de que la piel de nuestro rostro y cuerpo está preparada para soportar todas las agresiones que a lo largo de nuestra vida nos van afectando …. Pero nada más lejos de la realidad! Nuestra piel se va deteriorando con el paso de los años y las agresiones externas, una mala alimentación y el consumo de alcohol o tabaco, aceleran la degeneración de esta parte del cuerpo que es tan importante para nosotros mantenerla sana. Nuestra piel es el único órgano que esta directa y constantemente en contacto con el exterior, como el cabello y las uñas, en ella se nos refleja tanto la salud física como mental.
La piel nos puede avisar de enfermedades internas con cambios de color o textura, aparición de granos o manchas y nos proporciona el sentido del tacto, esta puede ser áspera o delicada, suave o arrugada según sean las necesidades de la piel. Puede salirle ampollas, erizarse, producir sensación de hormigueo, dolor, picor, sudar, estirarse o encogerse, sangrar y sonrojarse, además contribuye a la producción de vitamina de D con la ayuda de los rayos solares, que es vital para la salud de los huesos y articulaciones. Controla la temperatura del cuerpo y nos puede mostrar las emociones.
¿Cuáles son las funciones de la piel?
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, y desempeña una variedad de funciones esenciales para el mantenimiento de la salud. Sus funciones clave incluyen:
Barrera protectora:La piel actúa como una barrera física contra agentes patógenos, bacterias y sustancias tóxicas del entorno. Esta función de barrera es crucial para prevenir infecciones y mantener la homeostasis interna.
Regulación térmica:Los vasos sanguíneos en la piel se dilatan o contraen para regular la temperatura corporal. Esta función es vital para evitar la hipertermia o la hipotermia.
Síntesis de vitamina D: La piel contiene células que, al exponerse a la luz solar, sintetizan la vitamina D. Esta vitamina es esencial para la absorción de calcio y el mantenimiento de la salud ósea.
Recepción de estímulos sensoriales:Los receptores sensoriales en la piel nos permiten percibir el tacto, la presión, la temperatura y el dolor, contribuyendo así a nuestra conciencia sensorial y nuestra capacidad de interactuar con el entorno.
Almacenamiento de Grasa e Hidratación:La capa subcutánea de la piel almacena grasa, proporcionando aislamiento térmico y reservas energéticas. Además, la piel retiene agua, contribuyendo a la hidratación del cuerpo.
Funciones inmunológicas:Las células inmunológicas en la piel ayudan a defender el cuerpo contra microorganismos invasores. La respuesta inmunitaria cutánea es una parte crucial del sistema inmunológico.
Fuentes de autoridad, como el Manual MSD (Merck Manual Professional Version), respaldan estas funciones de la piel. Además, libros de dermatología y fisiología humana, como "Dermatology: 2-Volume Set" de Jean L. Bolognia y "Human Physiology: An Integrated Approach" de Dee Unglaub Silverthorn, proporcionan información detallada sobre la anatomía y funciones de la piel en el cuerpo humano.
¿Por qué es importante cuidarla?
Cuidar la piel es fundamental por varias razones:
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.9 millones de personas sufren de cáncer de piel no melanoma y 300,000 personas mueren cada año por esta enfermedad, resaltando la importancia de la protección solar y el cuidado de la piel. Es definitiva, el cuidado de la piel no solo tiene beneficios estéticos, sino que también desempeña un papel crítico en la prevención de enfermedades, la protección contra el cáncer y la promoción del bienestar general. Ignorar el cuidado de la piel puede llevar a problemas dermatológicos y tener un impacto negativo en la salud física y emocional.
7 hábitos esenciales para un cuidado óptimo de la piel
Tener una piel sana requiere cuidados diarios, si acostumbras a realizarlos, tu piel estará suave, elástica y en perfecto estado. Aquí te damos unas recomendaciones para que la piel de tu cuerpo esté perfecta:
1. Limpia tu piel a diario.
La piel de nuestra cara es mucho más fina y sensible que la del resto del cuerpo y está muy expuesta a los agentes externos como calor, frío, polución ect.. por ello hay que retirar los restos de contaminación o suciedad acumuladas, el exceso de sebo o maquillaje para mantenerla libre de impurezas, granitos y así realzar una piel saludable
2. Utiliza cosméticos no agresivos
Este tipo de cosméticos respetan y cuidan tu piel con el menor porcentaje de ingredientes químicos. Por ello, la cosmética natural y ecológica es la mejor de las opciones , ya que no produce ningún tipo de efecto secundario en la piel.
3. Hidrata la piel
Utiliza cremas, Serum, brumas e incluso aceites esenciales naturales para mantener tu piel hidratada. Esto ayudara a recuperar la película hidrolípica que cubre la epidermis y que está encargada de defender a la piel de las bacterias actuando como una barrera protectora externa, así lucirá en perfecto estado.
4. Protege la piel del sol
Acostumbra a utilizar cremas con protección solar e incluso Serum Omega 3 antes de la aplicación de el protector o en su defecto, de tu crema diaria, para mantener la piel protegida de los daños solares, la aparición de manchas, quemaduras o irritaciones.
5. Bebe agua
Es muy importante hidratar la piel tanto por fuera como por dentro. Por ello es recomendable beber al menos 8 vasos de agua día como mínimo.
6. Come de forma saludable
Una dieta saludable rica en antioxidantes ayudará mucho a lucir una piel sana ¡y radiante. en ocasione nos es muy difícil llevarlo a cabo, por el ritmo de vida que llevamos, por lo que podemos incorporar a nuestra dieta el complemento alimenticio Omega 5, un potente antioxidante celular natural, extraído de las semillas de la granada, que estimula el colágeno de forma natural, la elástica y la telomerasa.
7. Duerme
Hasta el momento se ha recomendado siempre dormir 8 horas diarias, pero últimas investigaciones nos dicen que cada persona tiene unas necesidades diferentes en cuanto al tiempo de descanso. Lo importante es sentirte descansado, de lo contrario tu piel puede mostrar síntomas de cansancio y fatiga.
Cuidados especiales y rutinas semanales
Hay ciertas rutinas que te ayudarán a mantener una piel sana, te aconsejamos dos:
Exfoliación: renueva y refresca tu piel
La exfoliación es un paso esencial en la rutina de cuidado de la piel que contribuye a la renovación celular y a mantener una piel radiante. Al eliminar las células muertas de la superficie de la piel, se promueve la regeneración celular y se mejora la textura de la piel. Utilizar un exfoliante suave una o dos veces por semana puede ayudar a deshacerte de impurezas y permitir que los productos de cuidado penetren mejor en la piel.
Mascarillas: nutrición y cuidado profundo
Las mascarillas son muy beneficiosas para la piel al brindar una alta concentración de nutrientes. Disponibles en diversas fórmulas, desde las hidratantes hasta las purificantes, las mascarillas ofrecen soluciones específicas para satisfacer las necesidades de la piel. Integrar una mascarilla en tu rutina semanal puede mejorar la hidratación profunda, reducción de la inflamación y revitalización general de la piel. Al elegir una mascarilla adaptada a tu tipo de piel y preocupaciones específicas, lograrás un impulso adicional para mantener tu piel saludable y luminosa.
¿Qué funciones tiene el colágeno, la elastina y la telomerasa en nuestra piel?
El colágeno es la proteína más abundante en el cuerpo humano y se produce gracias a la acción de las células llamadas fibroblastos. La principal función del colágeno es la de crear y mantener las estructuras de los tejidos que forman el organismo, incluida la piel, generando fibras resistentes, fuertes y flexibles conocidas como fibras colágenas. Estas fibras unen los tejidos conectivos como los tendones, los músculos o la piel, aportándole firmeza y elasticidad.
A partir de los 30 años de edad, la producción de colágeno va disminuyendo, lo que provoca arrugas prematuras y los primeros signos de flacidez.
Por su parte, la elastina también tiene funciones estructurales, pero, a diferencia del colágeno, asegura la elasticidad y es la responsable de que la piel tenga la capacidad elástica de volver a su forma y situación después de ser estirada. La elástica forma parte del tejido conjuntivo de la piel que forma las fibras y mantiene la piel con buen aspecto. Su función es mantener el agua y conservar la hidratación de la dermis a la vez que protege las fibras de colágeno.
Sin embargo, cuando las fibras de elástica estiran al máximo llegan a romperse, es entonces cuando el tejido sufre una lesión que da lugar a la formación de estrías. La falta de elasticidad ocurre en momentos como la pubertad, el embarazo y las constantes subidas o bajadas de peso.
Por último, la telomerasa es una enzima que protege a las células sanas actuando como una enzima anti-envejecimiento.
¿Por qué estos componentes son esenciales para la salud de la piel?
Estos componentes son esenciales por la aportación que hacen en nuestra piel. El colágeno aporta estructura, la elastina otorga elasticidad y la telomerasa desempeña un papel crucial en la longevidad celular. Mantener un equilibrio adecuado de estas sustancias es esencial para preservar la salud y juventud de la piel a lo largo del tiempo.
Además factores como una alimentación balanceada, la protección solar y cuidados específicos pueden impactar de manera positiva en la producción y mantenimiento de estas importantes moléculas.
La belleza refleja salud: ¿Por qué es vital cuidar la piel?
La salud de la piel actúa como un indicador visible y revelador de nuestro bienestar general. La piel cumple funciones críticas, sirviendo como barrera protectora contra infecciones y otros factores ambientales. Cuando la piel está sana indica un buen estado de salud en general.
Reflejo del estado interno: Los problemas cutáneos como acné, erupciones o sequedad pueden ser señales de desequilibrios hormonales, deficiencias nutricionales o incluso condiciones médicas subyacentes.
Función inmunitaria: La piel sana actúa como una barrera eficaz contra patógenos. La integridad de la piel es esencial para prevenir infecciones y mantener la homeostasis del cuerpo.
Bienestar emocional: El estado emocional puede afectar directamente la piel. Problemas como el estrés y la ansiedad pueden contribuir a problemas cutáneos. Una piel saludable a menudo refleja un equilibrio emocional.
Vascularización y oxigenación: La piel bien oxigenada y con una buena circulación sanguínea suele tener un tono más uniforme y un aspecto más vital. Esto indica una adecuada entrega de nutrientes y oxígeno a las células cutáneas.
Proceso de envejecimiento: La calidad de la piel es un marcador importante del envejecimiento. Una piel bien cuidada y nutrida tiende a envejecer de manera más gradual, reflejando una salud celular más óptima.
Mantener la piel sana y en perfecto estado no es solo un síntoma de belleza, si no también de salud.
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